WHIPLASH (2014) Y LA OBSESIÓN DE GANARSE UN LEGADO
Querer dejar una
huella en la historia nos beneficia considerablemente en ocultar nuestra más
profunda adicción de sentir algo importante en esta vida, sin llegar a entender
la falta de empatía desde muy temprano hacia nuestras propias decisiones de
aquellas personas que se mantienen a nuestro lado; o ni siquiera, trataron
desde el inicio en esforzarse en valorarla, marcando una línea moral y ética
desde el principio y convenciéndonos realmente en lograr observar todo lo que
necesitábamos aprender, considerando efusivamente que el destino siempre estará
allí esperándonos y guiándonos hacia el camino que con mucho esfuerzo hemos
esperado obtener.
Reconocer el mal enfrente de nuestro éxito poco a poco nos aclara considerablemente el infierno que escogimos, enseñándonos considerablemente la importancia de no desviarnos de nuestro camino trazado, más allá de que metafórica y literalmente los designios ya establecidos traten de forzarnos a abandonar, diciéndonos lo inútil que podemos llegar a ser y alejándonos de todo lo humanamente moral que creíamos poder mantener. Hasta que solo en los epílogos de las partituras más ensangrentadas, todas las emociones se terminarán manifestando a través de abrazar la ansiedad de una tensión que nos obligaba contantemente a nadar a través de una tormenta sin un destino fijo, hacia un lugar indeleble y de que por más que exista alguna advertencia inflexible, reconocer en que las mentes más obsesivas lleguen a rozar la demencia más radical, es imposible no destacar la cercanía hacia esa perfección tan buscada y la posibilidad de encontrar ese legado tan deseado, que nos grite íntegramente el final de nuestra más grande pretensión.
Jesús Guerrero
Music by Justin
Hurwitz
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